Tic-tac


15 días exactos me quedan de Amiens. Siempre fui bastante nostálgica, y en momentos como éste, la cosa se empieza a poner emotiva.
Me acuerdo cuando estaba a punto de venirme, que mi madre me dijo en una ocasión "tú te me enamoras y te me quedas allí..." a lo que yo contesté con esa cara que tanto me caracteriza y que a mí me gusta llamar "mi cara de por encima de las circunstancias": "mamá, no flipes, que allí hace mucho frío; yo cuando empiece el invierno me vuelvo a España". Y así va a ser, pero no sin un gran dolor de corazón.
Y sí, me he enamorado, de Amiens. "¿Quién te lo iba a decir a ti, con el frío que hace allí?" me decía Raquel el otro día. Exacto. Nadie. Y me estoy helando...brrrr!!! Pero me he quedado prendada. Ha sido, esta vez, diferente a las otras veces que he estado fuera. Ha sido...intensa. En lo bueno y en lo malo. Pero me da la impresión de haber pasado toda una vida entera. Con lo que reniegan los amienenses que han pasado aquí toda una vida de verdad, que se suben por las paredes...Es gracioso.
Ahora me quedan 15 días rodeada e infectada de conversaciones cargadas de añoranza, de cantos de "cualquier tiempo pasado fue mejor" y miradas románticas llenas de nostalgia. Por eso este tipo de despedidas son tan tristes, y a la vez tan bonitas; un final anunciado, una fecha de caducidad, y el tiempo que corre en tu contra, deprisa, sin darte cuenta. Yo intento aferrarme a cada momento, a cada rincón por el que paso, pensando: "no te olvides que en este bar estabas sentada aquella tarde cuando..." o "enfrente de este escaparate fue cuando recibiste aquella llamada..."o "en esta esquina fue cuando te cruzaste con...", en un intento desesperado de fijarlo todo en mi mente.
Han sido 7 meses largos, cortos, felices, tristes...intensos, como las cosas que te hacen crecer en la vida. Gracias al tiempo que he pasado en Amiens tengo muchas más contradicciones por las reflexiones a causa de las vivencias, muchas menos neuronas a causa de toda la cerveza que he tomado, y mucho menos miedo al frío. Ah, y mucho más cariño por los galos, porque una ciudad no se quiere por lo bonita que pueda ser, por sus calles o sus monumentos, sino por cómo te tratan sus habitantes y lo que vives en ella.

PD: Aquí os dejo un vídeo, de un "bésame mucho" que canté con los All of Swing en el Retroviseur la noche que cené allí con mis padres y mi hermano. Mi padre se vio afectado por lo que se conoce como "el síndrome del padre de la Pantoja" y bueno, he aquí el resultado.No me lo tengáis en cuenta, la tonalidad era mataora. Pero es un vídeo para el recuerdo.

http://www.youtube.com/watch?v=VpziG85dJsA

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Naira, me ha encantado el video. Ya me hubiera gustado echarme unas birras oyéndote ¡¡Vaya garito más chulo!!
P.D. hoy estoy gandúl, así que tendrás que adivinar quién soy

Burdi dijo...

La reina del paint..!

Unknown dijo...

Pues se te nota muuucho el acento canario, coleguita ;p La reina del paint dixit.

davizz dijo...

Bonitas reflexiones, bonitas estructuras, bonita forma de lograr que el lector empatice con tu situación y logre entender bastante bien lo que sientes... y de guinda, una bonita canción... Si llegan a ponerse de acuerdo el de la armónica y el del clarinete en cuando entrar cada uno al solo, y el guitarrista supiera en qué tono estaba el tema... hubiera sido épico! jajajaja

Que mala baba, no??? Weno, es viernes, son las once y media y estoy en casa... Es comprensible, no???

Unknown dijo...

Y te has olvidado de decir que...LA CANTANTE LLEGABA AL TONO MU MALAMENTE...jajajaja
Bueeeeeno...no te pases, que se hizo lo que se pudo. Fue la primera vez que se hizo (y sin ensayar) y fue la improvisación más absoluta. A pesar de todo, le tengo mucho cariñito a esa grabación.

Gracias por la parte que me toca, en lo que a literatura se refiere ;p

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